lunes, 16 de enero de 2012

Editorial


 
Los milagros que el Espíritu del Señor, hizo por medio del Apóstol Pedro,  quiere seguir obrando a través de nosotros, para que la gloria sea de Dios, como Tabita y Eneas, dos personas que no tenían esperanza, ella se debilitó tanto, pese a que entregó sus fuerzas a hacer obras de bien a los necesitados, hasta que murió, pero Dios tenía propósitos mas allá de los interrogantes que se hacía la gente de por qué una persona como ella, perece cuando está en una comunidad que la necesita, y permite que pasen las cosas hasta mostrar su poder, resucitándola.  Y Eneas un hombre paralizado ya por 8 años, es levantado también como testimonio del amor y fidelidad de Dios.

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