martes, 17 de abril de 2012

EDITORIAL CIUDADANO DEL CIELO 12


Qué ejemplo el de Pablo!, no escatimó nada de sí, ni reclamó nada para él, sino el gozo de terminar la carrera, impuesta por Dios de predicar el Evangelio de Jesucristo por todo lugar, y el lo procuró a toda costa, no había vacaciones, ni descanso, sino la pasión de anunciar la salvación tan increíble que él mismo experimentó al ser liberado de sus paradigmas religiosos y sociales, a cambio es conocido hoy como el principal vocero de la verdad de Dios.

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