Pablo sigue en su trayecto misionero no sólo en el espacio del mundo antiguo; sino también ahora en el tiempo actual, dándonos pautas del caminar cristiano para aplicarlas en nuestro contexto, la vigencia de sanidades y liberación de espíritus en el Nombre de Jesús, la imposición de manos y el bautizo en agua y en el Espíritu Santo, la identidad en Cristo, somos conocidos por multitud de testigos, la renuncia a la idolatría, y la entrega de cientos de libros relacionados con la magia, el amotinamiento en Efeso no sólo por la idolatría a Diana, sino por la pérdida económica para los artesanos de imágenes. En menor intensidad nosotros también hemos tenidos los mismos retos, y el mismo enemigo, queriendo terminar con nosotros como testigos del poder de Dios.
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador el Señor Jesucristo. Fil.3.20 NVI
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