Ellos son Aquila y Priscila, quienes fueron expulsados de Roma por ser judíos, y Pablo llegado desde Atenas acusado de ser un sedicioso y de trastornar las leyes de Moisés a donde iba, predicando a un rey al que se le debe toda adoración, que vivió entre los hombres fue muerto y resucitó, Jesús el Señor. Todas estas verdades venían a ser un peligro tanto para el César, reconocido como el único señor y rey a quien todos debían honrar, a los saduceos que no creían en la resurrección y a los judíos por que supuestamente se iba contra la Ley y los Profetas por lo cual era para los gentiles el comienzo de su salvación pues ellos no le ponían tanta objeción como aquellos. Junto con ésta pareja se dedica a la elaboración de carpas, y los sábados se iba a la Sinagoga a razonar con los judíos, cuando Silas y Timoteo llegan desde Macedonia, entonces se dedica de lleno a la Palabra. Debido a la dureza de los de su mismo pueblo, se sacude y rompe sus vestiduras como protesta y empieza a reunirse en la casa de Justo, quien vivía junto a la Sinagoga. Entre los que creyeron y se bautizaron estaba Crispo principal de la sinagoga y su familia.

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