El Tribuno extrañado por
saber la causa de tan terrible odio a Pablo, le soltó de las cadenas, y trajo,
a los miembros del concilio para que se expusiera las razones. El mirando a los ojos a sus acusadores, les
dijo que con limpia conciencia ha servido a Dios, es decir que cuando persiguió
a los cristianos lo hizo creyendo que estaba haciendo lo correcto según la
Ley, de igual forma ahora de cristiano,
lo hace con todas sus fuerzas. Ananías,
el sumo sacerdote hizo que le golpearan la boca y el dijo:
Dios te golpeará a ti,
pared blanqueada, ( efectivamente un tiempo después Ananías
fue asesinado). Pablo se disculpó pues no sabía que era el
Sumo Sacerdote, y que no debía expresarse así de un príncipe del pueblo de
Dios. Luego dijo que se le acusaba por
la esperanza en la resurrección, punto álgido entre saduceos y fariseos, pues
los primeros no creían en la resurrección de los muertos, los fariseos entonces
decían que no tienen nada de que acusar al reo, se armó tal discusión que
Claudio Lisias (Tribuno) volvió a llevar a Pablo antes de que los
despedazaran. A la noche siguiente el
Señor le dijo: TEN ÁNIMO, PABLO, PUES COMO HAS
TESTIFICADO DE MI EN JERUSALÉN, ASÍ ES
NECESARIO QUE TESTIFIQUES TAMBIÉN EN ROMA..
Al siguiente día como
cuarenta judíos juraron no comer, ni beber nada hasta no haber matado a Pablo,
y comprometieron a los principales sacerdotes para que hagan venir a Pablo como
para indagar algo, y ellos matarlo antes de que llegue, tal conspiración fue
escuchada por el sobrino del apóstol, quien les hizo saber el complot a su tío
y a las autoridades.
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