lunes, 6 de febrero de 2012

Catecismo de Heidelberg. PRIMERA PREGUNTA

PRIMERA PREGUNTA ¿Cuál es tu único consuelo tanto en la vida como en la muerte?
Catecismo de Heidelberg Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte
(a), no me pertenezco a mí mismo
(b), sino a mi fiel Salvador Jesucristo
(c), que me libró del poder del diablo
(d), satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados
(e), y me guarda de tal manera
(f) que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer
(g) antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación (h). Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna
(i) y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad.
a. Romanos.14:8 Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. De manera que, tanto en la vida como en la muerte, del Señor somos.


b. 1 Corintios. 6:19 ¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños,


c. 1 Corintios. 3:23;  ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios. Tito 2:14 Él se entregó a la muerte por nosotros, para rescatarnos de toda maldad y limpiarnos completamente, haciendo de nosotros el pueblo de su propiedad, [5] empeñados en hacer el bien.



d. Hebreos. 2:14; Así como los hijos de una familia son de la misma carne y sangre, así también Jesús fue de carne y sangre humanas, para derrotar con su muerte al que tenía poder para matar, es decir, al diablo.


1 Juan 3:8; pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio.  Precisamente para esto ha venido el hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo.


Juan 8:34-36
 
Jesús les dijo:

  Les aseguro que todos los que pecan son esclavos del pecado.
  Un esclavo no pertenece para siempre a la familia; pero un hijo sí pertenece para siempre a la familia.
  Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres.


e. 1 Pedro 1:18-19; Pues Dios los ha rescatado a ustedes de la vida sin sentido que heredaron de sus antepasados; y ustedes saben muy bien que el costo de este rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro o la plata;  sino con la sangre preciosa de Cristo, que fue ofrecido en sacrificio como un cordero sin defecto ni mancha.
1 Juan 2:22, Cristo no cometió ningún pecado ni engañó jamás a nadie.


f. Juan 6:39; y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite en el día último.


Juan 10:28; Nadie me quita la vida, sino que yo la doy por mi propia voluntad. Tengo el derecho de darla y de volver a recibirla. Esto es lo que me ordenó mi Padre."



2 Tes.3:3; Pero el Señor es fiel, y él los mantendrá a ustedes firmes y los protegerá del mal 
1 Pedro 1:5 Por la fe que ustedes tienen en Dios, él los protege con su poder para que alcancen la salvación que tiene preparada, la cual dará a conocer en los tiempos últimos.



g. Mateo 10:30;En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno.



 Lucas. 21:18 pero no se perderá ni un cabello de su cabeza.



h. Romanos 8:28 Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito.



i. 2 Corintios 1:22; Nos ha marcado con su sello, y ha puesto en nuestro corazón el Espíritu Santo como garantía de lo que vamos a recibir.2 Corintios 5:5, y Dios es quien nos ha impulsado a esto, pues nos ha dado el Espíritu Santo como garantía de lo que hemos de recibirEfes. 1:14; Este Espíritu es el anticipo que nos garantiza la herencia que Dios nos ha de dar, cuando haya completado nuestra liberación y haya hecho de nosotros el pueblo de su posesión, para que todos alabemos su glorioso poder.

Romanos 8:16 y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que y a somos hijos de Dios.


j. Romanos 8:14; Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios.


 1 Juan 3:3 y todo el que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, de la misma manera que Jesucristo es puro.


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