miércoles, 22 de febrero de 2012

QUIERE SER SANADO?

Por Su llaga fuimos nosotros curados (Isaías 53:5).

Jesús habla de Su misión: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos (Lucas 4:18).

¿Quiere Dios sanarme?

En el primer capítulo del Evangelio de Marcos está la historia de un leproso que vino a Jesús diciendo, Si quieres, puedes limpiarme. El leproso no tenía la revelación de Dios acerca de su caso que tú y yo tenemos hoy — él no podía dar vuelta a las páginas del Nuevo Testamento y leer el mensaje de liberación para toda la humanidad — pero él sabía que el Señor tenía poder para sanarlo de la terrible enfermedad llamada lepra si Él deseaba hacerlo. No sabiendo la voluntad de Dios acerca de su caso era la única cosa de oposición entre él y su sanidad. Se emociona el corazón cuando leemos que Jesús no vaciló, pero extendió Su mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. La lepra desapareció, pues NINGUNA enfermedad puede quedarse cuando la virtud de sanidad del Hijo de Dios fluye.

Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto (Santiago 1:17). Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo (1 Juan 3:8). Dios QUIERE destruir el pecado y la enfermedad en tu vida, pero tú tienes que creer que Él lo hará

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